El destino hace sucumbir a muchas especies: sólo una se pone en peligro a sí misma.- W.H. Auden
Enero. El principio de un final, el final de un principio. Otra vez acabando. Vuelta a empezar. Punto y aparte, porque todos necesitamos poner alguno mientras escribimos la historia. Mientras escribimos nuestra historia particular.
Trescientas sesenta y cinco palabras separadas por comas, comillas, puntos de exclamación e interrogación. Algún punto sobre alguna i y muchos puntos suspensivos… A veces no sabemos muy bien cómo acabar, y dejar las cosas en el aire sienta bien. Respira.
Doce oportunidades para cambiar de estación, bajarse del tren y cambiar el billete. Por lo menos el de ida, el de vuelta ya es otra cosa. Nuevos caminos que se cruzan.
Doce campanadas que marcan una cuenta atrás con vocación de paso hacia delante. Burbujas de oro que congelan momentos a golpe de brindis. Chin chin, y que todo vuelva a empezar.
Parece que nunca lo tenemos tan claro como en ese momento. Nos hacen falta otros trescientos sesenta y cuatro días para volver a ser capaces de decirnos a nosotros mismos que en esta vida hay que ser feliz.
Necesitamos que algo acabe para que otra cosa empiece. Igual que cuando alguien muere automáticamente valoramos más la vida. Igual que cuando vemos una silla de ruedas sentimos ganas urgentes de correr. Igual que cuando una relación se acaba nos ponemos manos a la obra para volver a encontrarnos con nosotros mismos. Necesitamos uvas y burbujas para proponernos hacer bien las cosas.
Pero resulta que el mes de enero se acaba. Se acaba y se lleva con él todas las buenas intenciones y los borrones junto a sus cuentas nuevas. Parece que al fin y al cabo, las cosas no han cambiado tanto.
Hablemos de la confianza. Sí, de eso que se suele crear entre dos seres humanos cuando ambos se demuestran que pueden contar el uno con el otro, incluso en los momentos de adversidad. Digamos que hay quien lo ha confundido con el derecho a meterle el dedo en el ojo al de enfrente sin que éste tenga a su vez derecho a quejarse.
Hablemos de la decepción. De eso que se siente cuando creas una expectativa y de pronto llega la realidad y se te pega en la frente como un cromo. Toma, ésta por guapo.
Hablemos de que pasen los meses y ese negro telón al que comúnmente llamamos orgullo no te deje ver más allá de tus narices. Bonita manera de perderse el espectáculo. No se devuelve el dinero de las entradas.
Hablemos de que lo que se siembra se recoge y que cuando escupes hacia arriba, te suele caer encima. A veces los paraguas no sirven para nada. No hagas lo que no te gusta que te hagan, decía mi abuela.
En vista de que lo dicho arriba no tiene pinta de ir a dejar de existir, llevo algún tiempo preguntándome si las cosas no irían mejor si celebrásemos una Nochevieja al mes. A modo de punto y aparte, por aquello de no matar a nadie y recordarnos que la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado. Al fin y al cabo, vivimos de eso: de puntos y aparte.
Vivimos de la sensación de lavar trapos sucios y volver a empezar. Como cuando te tumbas en la cama y las sábanas están limpias y de pronto tu día de mierda parece un poco mejor. De salir a correr y pegarnos una ducha, como si el agua fuese a llevarse lo que nos sobra y no nos deja dormir. Del primer sorbo a una copa de vino y el humo de un cigarro, como si de ahí en adelante los problemas no fuesen nuestros. Punto y aparte.
Sí, definitivamente lo necesitamos. Igual que necesitamos olvidar algunas cosas para hacer hueco a otras nuevas. Porque si no fuésemos capaces de olvidar, no seríamos capaces de perdonar, ni siquiera a nosotros mismos. Y creedme si os digo que una vida sin perdón es una muy difícil de vivir.
Feliz Nochevieja de enero, amigos míos.
ECGXIII.
Hermosas las publicaciones. Magicas tus palabras… me han hecho sentir muy bien. Gracias por compartir y por existir
geniaal
Un año más tarde. Te descubro un poco tarde, qué le vamos hacer. Tus textos no caducan con el paso del tiempo Gatsby, son frescos, claros y perfectos, tomando la perfección como algo subjetivo. Me encanta leerte, tienes un arte maravilloso.
Gracias por compartirlo!
Que grande eres!!!!! Podrías escribir algo sobre la separación d unos padres y estar cansada d todo…?
Totalmente de acuerdo. Sólo te ha faltado hablar del alivio de cerrar un mal año, mes, día, o lo que sea con la esperanza que depositamos en el nuevo año, mes, día o lo que venga que aún es desconocido pero que creemos que será mejor.
¡Y que seguramente lo sea! Gracias rosamimas
Aunque algunos días tarde, Feliz Nochevieja de Enero a ti también, querido Gatbsy.
Y es que este mes ha sido mi comienzo de verdad. De cambios a lo grande, de 180º.
He cogido las maletas, esas que arrastraba, y las he tirado por un puente. ¡Así, a lo loco! Que se coman los peces las caricias y besos del pasado, los amigos perdidos, las discusiones, Su Mirada la última vez que le vi, los cuentos de mi abuelo y los bocadillos de jamón de mi abuela. Que las sirenas jueguen con lo que queda de los suspensos de mis primeros años de Universidad, con el trocito de mi corazón roto que nunca conseguí pegar, con los jerseys de lana de mi madre y el puñado de garbanzos con el que mi padre me enseñó a contar.
Y PUNTO Y APARTE.
Por cambiar, voy a cambiar hasta de libro favorito…
Un abrazo, querido.
¿Por un puente? Pues ole tú. ¿Puedo darte la mía para que hagas lo mismo? No pesa tanto como parece, lo prometo. Aunque si se me permite un comentario, yo me hubiese quedado con los bocadillos de jamón y los jerseys de lana. Otro abrazo para ti Olaya, Feliz cambio de 180 º!
Por mucho que quisiera, la maleta de cada uno sólo puede ser arrojada por dicho individuo. Lo siento mucho, querido Gatsby. Aunque aquí en el Canal de la Mancha hay sitio para muchas maletas más, y lo fría que está el agua te evita la tentación de saltar a buscar los restos de tu naufragio personal.
Los cambios asustan, no nos engañemos. Pero cuando llega el momento en el que seguir igual asusta aún más, es cuando hay que poner un punto y a parte.
Pero seguir escribiendo. Eso siempre. Como locos, como si cada palabra fuera un segundo ganado a la vida.
Un placer leerte.
Vaya… Deberíamos darle un par de vueltas a lo de crear un servicio a domicilio de recogida de maletas. Resulta que tienes razón y cada palabra lo es. ¡Gracias Olaya!
No se a son de que me leído tu comentario, creo que ha sido buscando coments que respondiera Gatsby. En cualquier caso, me maravillan sus escritos ^^ pero tu comentario me ha encantado por igual!
Querido Gatsby,
Ya llevaba algún tiempo sin pasarme por aquí, pero hoy me ha entrado mono de leerte.
Y una vez más te admiro en cada párrafo, por que es cierto que en esta vida no podemos valernos sólo de comas, espacios, o puntos y seguido, nos volveríamos locos así. Necesitamos puntos y a parte para tomar perspectiva y al menos, aprender a caer sin hacernos demasiado daño.
Mi madre también decía eso de no hagas a los demás lo que no quieras para ti, pero punto tras punto he aprendido que tampoco es bueno hacer a otros lo que quieres que te hagan, puesto que quizá ellos prefieran otra cosa.
Sin más, espero que aprendas de los puntos y aparte, siempre y que El Cajón de Gatsby no nos deje con un punto y final.
Isa, un placer que hayas decidido volver a pasarte por aquí. Supongo que tu madre y mi abuela tienen razón, aunque no hay reglas absolutas aplicables a todas las situaciones. Menos mal, si no sería tremendamente aburrido y soporífero. El caso es que al final, punto tras punto, vas aprendiendo a caer de pie cuando la situación te lo permite, que ya es algo. En fin, seguiremos aprendiendo. Gracias!!