Dejar ir es un acto de amor.
Propio, justo e intransferible.
Nos preparan para mantener relaciones, trabajos, amistades y cosas. Desde pequeños nos enseñan a fijarnos un objetivo, alcanzarlo y agarrarnos a ello, sea lo que sea, con todas nuestras fuerzas.
¿La clave del éxito?
Lograr algo y guardarlo con nosotros el mayor tiempo posible.
Y está bien, porque esa mecánica aprendida desde la infancia nos sirve como sistema de obtención y retención que, en numerosas ocasiones, resulta gratificante. Pero ¿quién nos enseña a dejar ir? ¿Quién nos dice cuándo debemos soltar amarras y renunciar a algo en vistas de algo mejor? ¿O simplemente en vistas de ninguna otra cosa, simplemente algo de espacio en nuestro mundo para que la vida nos sorprenda?
Pensémoslo bien: esta semana cerramos no solo un año más, sino una década entera. Diez años de vidas que vienen y van, de ilusiones y llantos, de logros y fracasos, de bienvenidas y despedidas…Amanece un 2020 repleto de propósitos para seguir llenando la mochila. Porque eso es la vida: una mochila que se va llenando de cosas que a veces pesan y a veces nos dan alas. Pero amigos, hay que hacer hueco.
Hay que soltar, hay que dejar ir. Para que entre aire fresco, para que lleguen cosas nuevas, para seguir ensanchando el alma. Hay que estar preparado para abrir las manos y dejar que lo que no tiene que estar se marche, que lo que se tiene que quedar se expanda con más fuerza, que lo que deba llegar tenga un sitio en el que encajar.
Y no es fácil, porque nunca es sencillo deshacerse de nuestros parasiempres, de nuestros vicios, de nuestras manías, de nuestras causas perdidas. Pero ¿sabéis qué? Cada día que pasamos atesorando amores que no nos pertenecen es un día que dejamos de encontrar nuevas maneras de querer. Por cada “cinco minutos más” de cosas que no nos aportan nada estamos perdiendo la oportunidad de descubrir algo que nos llene. Por cada persona que nos retiene y nos frena estamos privándonos de manos dispuestas a empujarnos en el camino correcto.
Que cada uno se lo tome como quiera, pero si puedo desearos algo para terminar este 2019, es eso: que no os olvidéis de dejar ir.
No es solo un derecho, también es una obligación con uno mismo.
Propia, justa e intransferible.
Feliz última semana del año.
ECGXIII.
Canción: Forever – Lewis Capaldi
Has significado mucho para mi, y en todo este tiempo te leo , y te vuelvo a leer, por favor, vuelve
Te necesitamos ahora más que nunca. Has más ameno nuestros días. Gracias
A veces me pregunto si eres alguien cercano a mi; escribes siempre en el momento justo y con el enfoque adecuado. Gracias por leerme la mente en cada bache. Gracias por poner en palabras los nudos que se quedan en la garganta.
Soltemos amarras¡
Por favor!! Necesitamos mas textos asi! Hacia mucho que no nos deleitabas. No tardes en volver porfi
Comparto la reflexión: hay que soltar más y dejar espacio para lo nuevo. Llenemos la mochila de cosas que aporten, aunque vaya medio vacía, en lugar de llevar cargas que no nos sirvan para nada.
¡Feliz 2020!
Patricia.
Gracias por volver aunque en realidad nunca te hayas ido. No tardes en volver a escribir por favor.
Que precioso tu texto…tus palabras me envuelven , te leo…y me escucho…tus palabras las hago mías. Dejar ir, deshacerse de un parasiempre…realmente es un acto de amor. Bendiciones mi Gran Gatsby !!
Desde que tuve la suerte de descubrirte hace cinco años, tienes la bonita manía de volver después de muuuuucho tiempo (demasiado, para nuestra desdicha) pero siempre en el momento preciso y con las palabras exactas.
Este texto es el regalo de Navidad más bonito que nos podrías haber ofrecido.
Feliz últimos cuatro días del 2019, Gatsby! 🙂
Muchas gracias por plantear esta relaxion desde un punto de vista optimista.
Aunque cada vez escribes menos, siempre es una delicia leerte.
Feliz año 20