¿Crees que lo has visto todo?
No la has visto sonreír.

No sabes de las noches en las que hace magia sin querer, queriendo.

Tal vez no lo entiendas, pero tiene esa particular manera de vivir, como si el mundo se fuese a acabar en cualquier momento. Deshace las horas como si fuesen un nudo que te aprieta las muñecas y, sin darte cuenta, te ves bailando en mitad de cualquier calle, en cualquier ciudad.

Cuerda floja por la que nadie se atreve a caminar, si la miras de frente entiendes lo grandes que pueden ser los mundos que se esconden tras sus ojos. Ella es así, viajes al espacio que solo puede pagar quien entiende que sin riesgo no hay gloria. Cartel en la frente, se busca valiente sin miedo a vivir en las alturas, caída libre asegurada, vistas a donde la vida siempre tiene algo nuevo que ofrecer.

No has visto su espalda, tumbada en la arena, campo de estrellas que brillan para quien se atreve a mirar al cielo cuando se va a caer. Marcas que le recuerdan dónde ha estado le decoran la cintura, curva peligrosa para derrapar. Abróchate el cinturón.

Me gustaría decirte su nombre, pero ella siempre dice que las cosas sin dueño no lo tienen. Alma libre que vuela sola, a veces se posa en tu ventana y te recuerda que para sentir el viento en la cara no hacen falta alas, sino ganas. Cocaína para los amantes de lo intenso, quién necesita la droga pudiendo fundir las manos en su pelo. A eso lo llamo volar.

No la busques en lo corriente, ella no entiende de días que pasan sin más. Se pasa la vida enredando caminos que, llenos de barro, te llevan a lugares que no están en los mapas. Dibuja amaneceres en playas donde la realidad pierde el nombre y todo puede pasar. Pies llenos de orillas, te da la mano y de pronto comprendes que el mar se hace pequeño cuando eres feliz.

Rima con todo y no le tiene miedo a nada, solo a la vida cuando se lleva a quien no toca. Fuente de alto voltaje, siempre sola pero bien acompañada, supo hace mucho que cordura y amor no hacen poesía si los juntas. Juega a inventar planetas sin ley por si un día el mundo se le queda corto. Tiene un cohete sin motor aparcado en el garaje, esperando a que lo arranquen con risas grandes de aquí a la Luna. Gasolina para quien se ha quedado tirado, diseña autopistas que devuelven la ilusión y no entiende la vida a medio gas.

¿Crees que lo has visto todo?
No la has visto pelear.

Cara de póker, le echa órdagos al dolor cuando aprieta. Con la cabeza erguida cruza calles en rojo sin hacer caso al qué dirán. No sé explicarte por qué, pero es de esas personas que cuanto más fuerte es el golpe, más rápido se levantan. Acción, reacción, repercusión; devuelve el envite sin despeinarse y una frase tatuada en sus costillas reza que solo se vive una vez.

Pocas primaveras y mucho mundo en la mirada, hay que ser gilipollas para no querer asomarse a sus ojos. Yo lo hice, y prometí guardar el secreto y no contarle a nadie que cuando llora se ve el mar. Ha construido una muralla de piedra que se vuelve de cristal cuando le quitan el caparazón, corazón coraza que solo unos pocos pueden ver.

Te diría que es fácil, y te estaría mintiendo.
Te diría que no merece la pena, pero te estaría mintiendo también.

ECGXIII.